El negocio de bienes raíces es una de las mejores maneras de cuidar el patrimonio personal con vistas al futuro. Sin embargo, hacerlo correctamente no es tan sencillo, ya que se deben tener en cuenta varios factores para que esta inversión brinde los frutos esperados. Probablemente, el desafío más grande que se le presenta al inversor argentino es el miedo a llevarlo adelante sin que sea riesgoso para su economía. Teniendo en cuenta que vivimos en un contexto de un dólar a valores altos, de una inflación que toca números históricos, de altas tasas financieras y de créditos hipotecarios en baja, el panorama no parece ser el más alentador. Sin embargo, el ladrillo continúa siendo un refugio confiable y entender el contexto de nueva normalidad es fundamental para realizar una inversión inteligente.
Lo primero que se debe hacer para realizar una inversión de este tipo es definir el propósito que se le dará. Ya sea para alquilarlo, revenderlo o utilizarlo como vivienda, es fundamental que se defina con qué fin se va a actuar para definir la zona más conveniente.
Aquí es importante entender que toda inversión de este tipo no tiene un retorno inmediato, sino que el valor de un inmueble aumenta con el tiempo. Además, la rentabilidad a obtener no depende de uno, sino de factores como la ubicación de la zona y cómo va evolucionando. Para lograr una buena inversión, la clave es ver más allá de lo que está sucediendo en el momento.
En este sentido, la conectividad, la ubicación y los desarrollos alrededor de la propiedad siguen siendo elementos claves, pero también vale la pena tener en cuenta la revalorización de los espacios verdes que produjo la pandemia. Como la mayoría de las personas dejó de ir todos los días a la oficina y empezó a vivir más su propia casa, la cercanía a la Ciudad de Buenos Aires dejó de ser un valor prioritario y emergieron en el mercado zonas más alejadas del principal casco urbano y propiedades con espacios que se puedan disfrutar. Por esta razón, en 2021 el foco de inversión estuvo puesto en zonas consolidadas y donde los riesgos se mitigan, como son departamentos en Nordelta, Palermo o Belgrano, con terrazas, balcones grandes y espacios verdes.
Otro aspecto a tener en cuenta es que el tiempo es el factor determinante para la puesta en valor de una propiedad. Como mencionamos anteriormente, uno de los errores más comunes al invertir en inmuebles es creer que el retorno de inversión será inmediato. Si bien esto no es imposible, ya que hay personas que adquieren inmuebles para alquilarlos y comienzan a generar ingresos en un corto plazo, la rentabilidad de una propiedad suele verse reflejada de una mejor manera a lo largo del tiempo.
Incluso ese rédito extra que podemos obtener no depende específicamente de nosotros, sino de la ubicación de la zona y de todos los desarrollos alrededor, que hacen que la diferencia entre el precio en el que la compraste y el precio en el cual la vas a vender se incremente a tu favor (ampliaremos más adelante). Es por eso que los proyectos a más largo plazo ofrecen mayores rentabilidades en términos anuales que las inversiones a más corto plazo.
Enfocándonos en inversiones a largo plazo, dos aspectos fundamentales a tener en cuenta son los movimientos del mercado en general y de la zona en la que buscamos invertir. Debemos tener muy en claro qué se está generando alrededor, qué se construye o construirá en dicho lugar y cómo se mueve el mercado en esa zona.
Está claro que siempre se puede invertir en bienes raíces, incluso en tiempos de crisis, ya que se trata de una de las inversiones más seguras que hay. Sin embargo, cuanto más hayas analizado la situación para ver cuáles son tus mejores opciones, mejor te irá.
Como mencionamos en el punto anterior, es importante ver más allá de la situación actual de la zona y concentrarte en ver los servicios que construirán en ella: accesos, escuelas, hospitales, espacios verdes, entre otros; así como analizar quiénes están viniendo a invertir en la zona, de dónde y cuáles son los índices de crecimiento.
Otro error de los más comunes a la hora de invertir en bienes raíces es creer que se necesita ser un experto o tener mucho dinero, cuando la realidad indica lo contrario. Existe la posibilidad de hacer inversiones menores y obtener un buen rédito adquiriendo lotes en zonas emergentes. Independientemente de que se decida construir en él o simplemente venderlo un tiempo después, su valor crecerá en la medida en que la zona en que se ubique vaya desarrollándose.
Otra opción de “costo bajo” es comprar propiedades que se encuentren en preventa, ya que aseguran un mayor retorno de inversión si consideramos que los precios de los inmuebles aumentan conforme avanza el periodo de construcción y que van ganando popularidad.
Pensando en inversores con mayor poder adquisitivo, suele ser una mejor opción adquirir varias propiedades pequeñas en diferentes ubicaciones. Como cualquier cartera de inversión, poner todos los huevos en una sola canasta no es lo más recomendable y poder diversificar dará mejores resultados.
En conclusión, si uno tiene la decisión de ingresar al negocio de bienes raíces y hubiera que aconsejarle cuál es el mejor momento para invertir, la respuesta correcta sería “ahora mismo”. Por un lado, porque es muy probable que puedas encontrar bienes a mejores precios que en un futuro, ya sea por cuestiones de disponibilidad o por el incremento del precio de los inmuebles, y por el otro lado, porque existen opciones para todo tipo de inversor que brindarán réditos seguros en un plazo prudente.